16 de junio de 2013

San Martín tendrá que ir por un milagro a San Francisco

El equipo de la Ciudadela cayó en condición de local por 2 a 0 frente a Sportivo Belgrano. Ahora los tucumanos tendrán que ganar por una diferencia de tres goles para clasificar.
El verdugo fue el implacable Juan Manuel Aróstegui, que cuando se bajaba del colectivo que lo depositaba en la cancha esperaba “traer goles en su bolso”. Y lamentablemente para todos los “albirrojos” en ese bolso había un par.
El primero de ellos se produjo a los 12 minutos de iniciado el duelo. Jugada por izquierda de Ezequiel Barrionuevo, que se perfiló, remató y Gonzalo Ojeda no pudo contener. Rebote y Aróstegui parado donde los goleadores saben estarlo. Primer cacheteo y el parte médico que reflejaba un estado crítico para los locales.

La lucha siempre fue intensa. El “Santo” no se rendía y buscó todos los caminos para llegar al arco adversario. Entrega no le faltó, pero careció de inteligencia como para doblegar al vencedor.
Los mayores signos vitales en el “santo” lo demostró el órgano que nunca desentonó: Augusto Max, que si no corrió 200 kilómetros pega en el palo.
Pero eso no alcanzaba. El verdugo todavía tenía una daga más para incrustar en el corazón de un desesperado San Martín, y lo hizo cuando el partido se terminaba, tras una contra letal.
El “Santo” fue superado. Y para alcanzar el lugar en la final deberá ganar por una diferencia de tres goles. ¿Podrá hacerlo? No se sabe, está en terapia intensiva.


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